RECUERDOS DE UNA EPOCA DORADA

Cuando los años nos sorprenden vienen a la mente etapas vividas en el decurso del tiempo; hoy revisando los archivos del computador me encuentro esta bella foto tomada en una fiesta de fin de año, aquí nuestro fallecido gerente Eduardo Ramirez Andrade me hace entrega de un premio ganado , mientras que el director de recursos humanos el mayor Francisco Ruiz Andrade en el micrófono lleva a cabo la presentación del evento.El premio es un reloj de pulsera, no muy fino pero elegante , me gustaba mucho.Curiosamente esa tarde mientras el Mayor efectuaba el  sorteo, si más no recuerdo en el patio de un restaurante a la altura de la calle 70 con Olaya Herrera, estábamos sentados un grupo de técnicos con las esposas y en medio de la mamadera de gallo  la esposa de Julio De la Hoz lanzó un conjuro para atraer el premio y yo he brincado y dije , ese conjuro para mi  y el premio para mi bolsillo; cual sorpresa cuando el Mayor anuncia -el ganador-Alejandro Dominguez.; vaya sorpresa para la mesa.No recuerdo mucho la época, debió ser por los años 80, aquí lucía muy estilizado con una gran cabellera negra, claro que se me notaba un poco la llevadera, algunos me comparaban con  Hector Lavoe, bueno lo importante de todo esto es el gran recuerdo de esos años maravillosos que pasamos en esa empresa y la cantidad de personas maravillosas que compartieron esas vivencias inolvidables en esa gran isla de la fantasía , la Loma N°3. Eternit se lucia año tras año con las fiestas de fin de año, buenos sitios, buena comida, buena bebida y buena música.Yo que trabajé mucho tiempo como jefe de turno, procuraba siempre estar en  el día y si no caía  buscaba a alguien que me hiciera el turno, pero jamás me perdía de una fiesta de fin de año.

Recordar es vivir y cuando los recuerdos son agradables se convierten en un aliciente de vida; saber que hemos quemado muchas etapas  y mucho recorrido en el campo laboral nos llena de enorme satisfacción, a tras van quedando los recuerdos que dejan esas vivencias maravillosas y saber que supimos aprovechar esa fuerza laboral hoy nos hace sentir satisfechos y poder descansar con la tranquilidad que dan los años bien vividos y el tiempo bien aprovechado.