ESTE 2020 SE CUMPLEN 20 AÑOS DE UNA CRUEL MASACRE.

2020 VEINTE AÑOS DE UNA CRUEL MASACRE EN EL PAJARAL.
El tiempo vertiginoso sin tregua alguna va sumando años, todo pasa tan rápido, se van cicatrizando heridas, más nunca se borra de la retina hechos atroces cometidos injustamente, tal vez con la gente equivocada, una población pacífica de pescadores en medio de una gran ciénaga del Pajaral, un ramal de la Ciénaga Grande de Santa Marta, vivían pacíficamente desde hace más de doscientos años, pescando todo tipo de pescados para lograr su sustento, el único ruido perturbador llegó hace 20 años con el sonido de las metralletas en medio de la oscuridad y la incertidumbre de los morteros, un ataque desproporcionado y una cruel masacre contra esta humilde gente de mucha paz habitante de este bello poblado sembrado en medio de la Ciénaga, qué cuadro dantesco y aterrador, ver el montón de cadáveres apilados como desechos en la plazoleta de la iglesia y la estampida de sus habitantes huyendo despavoridos sin saber para donde coger, abandonando sus viviendas y enceres, 20 años después el Estado se ha olvidado de esta gran injusticia, actores del conflicto de la secular violencia arremeten sin causa justificada masacrando a mansalva y a sangre fría a más de 40 individuos, delante de sus seres queridos, de esos niños que hoy ya son unos adultos que crecieron con la sombra del terror en sus mentes perturbadas por los horrores de una guerra sin sentido y que aún no termina. Hoy casualmente estuve viendo un vídeo en Youtube, vídeo dónde se cuenta este suceso desagradable, qué gran pesar por esta gente humilde, trabajadora y llena de esperanza, ojalá se le retribuya por el gran daño causado, mejorar sus condiciones de vida, una mayor atención en servicios de salud, educación, agua potable y sobre todo devolverle el gran daño ecológico causado cuando se constituyó la carretera Barranquilla Santa Marta, recordado como el mayor desastre ecológico del mundo. Se que recordar este suceso es doloroso, más hay que hacerlo para que el Estado se comprometa con esta bella población sembrada en la Ciénaga Grande de Santa Marta que pertenece a mi natal Sitionuevo. Nada justifica esta cruel masacre, Sembrar el terror en un territorio muy pacífico, sin una causa que lo justifique, después de 20 años aún no se sabe la causa de esa masacre. Los estragos de esa guerra intestina padecida por la gente de los pueblos más humildes y olvidados por el Estado dejado a la merced de los rebeldes, más de 50 años de guerra intestina que no quiere parar. Ojalá que en estos momentos de crisis por fin el Estado fije su mirada en muchos pueblos olvidados y les brinde mayor protección y seguridad.  
 

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