HERMOSA BARRANQUILLA DEL AYER

HERMOSA BARRANQUILLA DEL AYER.

He tenido la suerte de conocer una bella ciudad que me ha enamorado, cada día recorro sus calles y no me canso de admirarla, cada barrio está conformado por vistosas casas de diversas fachadas, por ser una ciudad que no fundaron los españoles  aquí no predomina el estilo colonial, mas si hay bellas mansiones al estilo Repúblicano en el barrio El Prado, hoy patrimonio histórico  donde funciona el legendario Hotel El Prado, icono representativo de ésta bella ciudad, mas con gran armonía y árboles  frondosos que mitigan los rayos solares, cantidad de centenarias palmeras y bongas también centenarias que brindan además  de sombra un bello contraste armónico al Hotel. En un principio sembraban matarratón  en los frentes de las casas , Robles, acacias. lluvia de oro, después se pusieron a la moda los laureles, el Nim y éstos  últimos dañaban el pavimento, ahora la moda es el Mango, qué bueno que en cada casa encuentras hasta dos árboles de mango de diversas variedades, cuando sales a caminar puedes llevar una bolsa vacía y regresar a casa con la bolsa llena de deliciosos mangos, es una fruta tropical muy sabrosa y muy nutritiva. Soy también de esos que llegaron en busca de progreso, de la provincia,  mi madre quiso que saliera del campo y cambiara el machete por una pluma para escribir,  les cuento que al principio fue duro,  más me fui adaptando en forma rápida,  en los años 60 todavía Barranquilla no había despegado, a pesar de ser la puerta de Oro de Colombia y pionera de muchos adelantos tecnológicos,  permanecía  con un ambiente de un gran pueblo, para mi siempre era grandiosa, tuve una gran acogida y poco a poco me fui amañando, sobre todo por la cantidad de teatros de cines  en todos los barrios, especialmente en la calle de las vacas , El Tropical, La Bamba, El Rialto, El Dorado, El Mogador , también los que funcionaban cerrados con aire central; Colombia, Metro, Colón,  Murillo Los ABC, El Capri, Rex y muchos famosos, estos eran cachetosos , los rentaban para cines colegiales, películas de la nueva ola y la era de los grandes románticos, se jugaba mucho a la bola de trapo en las calles, a la chequita y había torneos de béisbol, muchos equipos, recuerdo el Termarit, Cola Román,  Triplex Pizano, patrocinados por esas empresas, eran muchos que competían a nivel regional, porque sólo en la costa se jugaba el béisbol. El júnior estaba en su apogeo , figuras como Antonio Rada, El Caimán Sánchez,  Segrera, Segovia, Marcos Coll, El Toto Rubio y trajeron muchos jugadores Brasileños, famoso Dida,  Escurinho,  Otón Valentín,  Guarentinha. Época dorada del Júnior y su comentarista y narrador  estrella Edgar Perea, con su melodioso voz,

recuerdo mucho esos bellos tiempos, yo jamás pude asistir al Romelio Martinez,  más me la gozaba en casa, cuando televisaban los partidos, se le quitaba el volumen y colocábamos en la radio a Edgar Perea y después  todos los días escuchando sus buenos comentarios, me gusta el fútbol  y nunca he sido fanático,  al principio seguía de lejos al Unión Magdalena, mas cuando todos mis primos seguían al Júnior me volví Juniorista. El Júnior es sólo una pasión hecha fútbol, creo que toda la costa lo sigue, tiene muchos fanáticos. Tiempos maravillosos aquellos, tengo algo de recuerdo del caño del mercado que pasaba bordeando la Cervecería águila, era de aguas claras, no tan trasparentes,  llegaban muchas embarcaciones menores, muchas canoas con productos de los pueblos fronterizos, lanzaban monedas al agua y los jóvenes se tiraban y las buceaban. Barranquillita en todo su esplendor, muchos negocios,  sobre todo el ladrillo y centros ferreteros, luego del lado de la 30  el mercado público,  mercado de grano, el mercado del bocachico donde llegaban los camiones cargados de bocachico, la calle 30 estaba copada de vendedores, los buses pasaban abriéndose paso entre los vendedores ambulantes, también habían unos coches tirados por caballo que hacían las veces de taxis  para los alrededores. El famoso Tía del mercado  y el Ley del centro, la farmacia Rojano y la primera farmacia Olímpica, no existían los supermercados, Robertico creo que fue el primero en su estilo, muchos almacenes de tela de los Turcos, había uno que regateaba y usaba un megáfono,  se usaban las fotos callejeras, de pronto te sorprendía un flash y te entregaban un recibo para reclamar al día siguiente, en blanco y negro, famosos eran foto  Leo. Tepedino, Lux, si no la reclamaban aparecían en una cartelera y las podías comprar. En la calle Pica Pica  funcionaba la venta de libros de segunda, cuando los libros no eran desechables, llegaba a comprar uno y si me alcanzaba para comprar dos lo hacía aunque me tocara regresar a pie hasta el barrio Las Palmas, de hecho me gustaba mucho caminar, era frecuente los paros de buses y las caminatas colectivas. En la plaza de San Nicolás  funcionaban las oficinas de El Heraldo, el Banco  Francés Italiano, corría una brisa que las muchachas tenían que anudarse las faldas para no hacer lo de Marilyn Monroe, pude contemplar una que con su larga falda del uniforme la brisa se la enrollo en la cabeza y siguió muy campante mostrando una mini tanga,

también funcionaba un hotel famoso La Coraza , donde se bajaban las personalidades, desde su balcón  exponían  los candidatos presidenciales, en varias ocasiones escuché algunos como el Dr Alfonso López Michelsen  del MRL, al Dr Alberto LLeras Restrepo cuando candidato, esa vez fue abucheado por el pueblo y él  también respondió con insultos, más tarde su venganza con el bajo Galibo del Puente Pumarejo. Interesantes las festividades del carnaval, todo un derroche de folclor, desde la lectura de bando en la calle de las vacas, las casetas de paseo de Bolívar, bailes populares y tradicionales con nombres reconocidos, verbenas y reinas de barrios con grandes Pick Up, eran unos escaparates que retumbaban y agrietaban las paredes, muchas casetas famosas y el tradicional Hotel El Prado y su tradicional baile, muchas orquestas internacionales famosas, Billos, Pastor López, Pacho Galán , Lucho Bermúdez, conjuntos Vallenatos, el famoso Festival de Orquestas en el Coliseo Cubierto y su Congo de Oro muy codiciado. La batalla de Flores que pasaba por veinte de julio, un gran desorden donde había nubes de Maizena, muchos se la veían desde los balcones de los edificios.

Le debo mucho a ésta ciudad, una familia maravillosa, cantidad de amigos en esa empresa que me acogió por veintiséis años, aquí en Barranquilla  estudié una carrera técnica en el Sena Colombo Alemán, formación professional  que  me enorgullece mucho, una gran disciplina con los Alemanes y fui discípulo  de el más grande filántropo que  tuvo Barranquilla,  El profesor Alberto Assa, cuánto le aprendí , su sencillez y pasión por la cultura clásica,  lástima que no  pude aceptar su ofrecimiento de una beca para estudiar en Alemania. A la empresa que me ayudó para mis estudios jurídicos,  cómo no agradecer si fue fundamental para mi gran realización  personal además de descubrir mi vocación periodística, todo esto logrado en ésta bella ciudad y poder decir como el Joe Arroyo  En Barranquilla me quedo, por ahora #mequedoencasa, cuando pase esta pandemia seguir paseando por sus calles, lástima para esta cosecha de mango no poder salir. Pendiente de hacer una visita al malecón , me gustó mucho el Caimán del Río, excelente sitio para pasar un día divertido en familia , buenas frias heladitas y restaurantes con comida deliciosa, una vista espectacular del Río Grande de la Magdalena y ver pasar los barcos hacia el puerto. La imágen del Don Felo , hoy conocido como El Nojoda, expresión costeña que significa admiración, era de la flota de buses de Puertos de Colombia que formaba parte de la gran flota de transporte de los trabajadores de Avianca, todas las tardes salíamos a la treinta a ver el gran desfile de buses.    

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