EL SABOR Y EL DELEITE POR UNAS FRIAS EN LA TIENDA DE LA ESQUINA NO PUEDE SER PROHIBIDO.

EL SABOR Y EL DELEITE POR UNAS FRIAS EN LA TIENDA DE LA ESQUINA NO PUEDE SER PROHIBIDO.

Saludos mi querido amigo Jorge de Barros Peña , cuánto lo extraño, lástima que las frías son sólo del recuerdo, la última pea hace tres años precisamente en esta tienda, me tomé en casa un litro de old parr  , viéndome el partido por la eliminatoria del mundial de Brasil, jugaba nuestra selección Colombia con Chile, apoteósico empate  que nos diera la clasificación , de jubiloso contento me arrimo  a la tienda que estaba completamente amarilla , no pude resistir la tentación de las Club Colombias bien heladitas ,  veneno para mi azúcar,  he perdido el año , fue suficiente para abandonar el alcohol  , desde entonces voy por el mundo  con cero alcohol, mi amigo  cuántas veces celebramos en ese Oasis , lo único que lamento es el  sello azul que Ud me prometió,  recuerdo también que después del trágico accidente mío  , dejé de tomar por dos años y la dueña de la tienda mi amiga Beatriz me decía que si volvía a tomar me regalaba una canasta de Club Colombia para mi cumpleaños,  la club para mi era muy especial,  la mejor cerveza de Colombia , y bueno efectivamente me cumplió,  el que nunca me cumplió fue mi amigo del sello Azul. Bueno recordar viejos tiempos, si porque nosotros no envejecemos , nos volvemos interesantes  jajaja ,  cuando hago esta reflexión no dejo  de sentir nostalgia por mi querido barrio y tantos amigos maravillosos como usted, y se me viene el recuerdo del Amigo César Jesurum , como olvidar a ese viejo bohemio y sus espectaculares salsas románticas , todas están matriculados con su sello , como te hago entender que faltas como el aire para vivir,... siempre que las escucho se me arruga el alma y le doy gracias a Dios  por esos amigos maravillosos y esa bella etapa de mi vida en el barrio Recreo , son los años maravillosos que han marcado mi existencia después de los vividos en mi querido Sitionuevo. Debo pensar escribir algo grande que recoja esas vivencias maravillosas, a la distancia mi querido amigo Jorge De Barros Peña , un fuerte abrazo rompe costillas.
Me pinto sentado debajo del palo de mango escuchando salsa de la buena, mi querido amigo César Jesurum que se ha ido a la eternidad a ponerle salsa y color a los amigos celestiales , con los hermanos Buendía,  mamadores de gallo hasta más no decir, todos los días son buenos como los hermanos Buendía , de la dinastía de los Cien años de Soledad , siendo estos mejores,    el viejo Matos que le ponía  la dinámica a la integración Dominguera, de los domingos y porque nos de los Domínguez,  desde muy temprano estaba gritando para lo del sancocho, qué Sancochos tan buenos hechos por todas las manos de la cuadra , rodaban las cervezas y el Old Parr, la mejor vecindad del barrio Recreo , ni qué decir de los espectaculares bailes de Carnaval, tradicionales  de los vecinos se divierten , siempre alguien cumplía en carnaval , es una fecha variable , mi señora al comienzo de Febrero y el mío al final, a cualquiera de los dos nos caia en carnaval, se cerraba la cuadra con los automóviles y millo con papayeras mas un enorme pick up,  que grandes parrandas para la posteridad.Al final los tiempos han cambiado, muchos se ha mudado, otros levaron anclas , mas ha quedado este gran recuerdo y sigue el Oasis opacado por el código  de Policía , hay que luchar para devolverle a nuestras tiendas de barrio ese esplendor que las hace nuestros iconos  de barrio, sobre todo  en Barranquilla,  una bella ciudad que ha crecido y sigue siendo  de costumbres populares , el mismo calor hace que busquemos refugio debajo de los palos de mango  y tomando frías con los vecinos , motivo de integración particular de esta bella tierra , sabemos que el código de Policía es nacional más Colombia si bien políticamente no está dividida en regiones , en la práctica somos varias regiones bien diferenciadas , hasta de costumbres diferentes , siendo la costa Caribe la más alegre y divertida, aquí llegaron los Españoles más divertidos y así seguiremos mamando gallo hasta la muerte. Le pedimos a la administración interceder por nosotros ante la Policía nacional para que nos devuelva el sabor y el deleite de unas frías en la tienda de la esquina.

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