MOCOA DESBASTADA

MOCOA, LOS COLOMBIANOS ESTAMOS CON TIGO. SURGIRÁN  COMO EL AVE FÉNIX.


Asentamiento humano a orillas de quebradas y ríos sin ninguna protección, seres desprotegidos, llenos de muchas necesidades básicas, más se ven tan felices que no les pasa por la mente que un día pueden ser arrasados por la corriente. Su vida transcurre en la rutina, se conforman con buscar lo necesario para la sobrevivencia, en Colombia esto es normal, la gente que habita en zonas de alto riesgo es muy numerosa y nuestras autoridades ambientales  ejercen más un control burocrático, colocando multas por escombros apilados en los frentes de las viviendas o por cortar árboles sin el debido permiso y aún en las mismas ciudades hay infinidad de construcciones en situación de riesgo, quien vigila que las zonas de alto riesgo para construir sean respetadas, dónde queda la responsabilidad de nuestros órganos de control, si el mismo Estado es el más irresponsable cuando sólo se asoma cuando aparecen las tragedias, qué gran tristeza  que esto ocurra  y sigamos sin aprender, aquel aciago día cuando una gran avalancha de lodo sepultura a todo el pueblo de Armero, mientras la atención del país estaba puesta en los hechos del bombardeo del palacio de Justicia por parte del mismo Estado, ante los gritos de clemencia del presidente de la corte Suprema de Justicia, Alfonso Reyes Echandia. Jamás se puede borrar de la mente del pueblo colombiano  esas imágenes del exceso de fuerza por parte de nuestras fuerzas armadas al mando de su máximo jefe, el presidente de la República Belisario Betancurt Cuartas. El poder judicial diezmado por el poder Ejecutivo. Por acción u omisión  sobre sus hombros cae una gran culpa, culpa que asume el Estado con su patrimonio, el patrimonio de todos, el mismo que es usado para pagar los errores de nuestros funcionarios y con ello se abandonan las obras para el bienestar de nuestra gente, la gente que trabaja el campo, la gente que vive a orillas de las quebradas porque las mejores tierras, las tierras adecuadas ya tienen dueño, los grandes terratenientes que  muchas veces  la tienen de engorde, esperando que se valoricen  por el paso de vías  cercanas. 

Cuándo será que tengamos verdaderas políticas de Estado  encaminadas a la protección y valoración de la vida del campo, del campesino y su entorno, cuando será posible que nuestros pueblos sólo sean mirados como fortín de electores o que sólo se sepa de ellos cuando surjan las tragedias como esa que hoy estamos lamentando en  MOCOA, un bello pueblo  arrasado por el lodo, una gran tragedia que enluta a todo Colombia y esas imágenes aterradoras comparadas con un gran sunami, familias enteras desaparecidas, montón de cadáveres sin poder identificar. Que hacemos con lamentarnos y dentro de poco llegará el olvido, ese mismo que nos tiene sumidos en el subdesarrollo, siga a la orden del día el enfrentamiento de nuestros políticos por el poder del Estado, escándalo tras escándalos en busca de chivos expiatorios y al final  todo se olvida, porque es verdad que el pueblo colombiano sufre de amnesia.

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