VIVIMOS EN UNA SOCIEDAD MACHISTA.

VIVIMOS EN UNA SOCIEDAD MACHISTA.

Hay un término muy de moda en las noticias del momento, usado con mucha frecuencia, muchas veces inapropiadamente y otras queriéndolo encontrar hasta en el acuerdo de paz con las Farc. La iglesia Católica en la problemática familiar y lucha entre el sexo masculino y femenino, géneros opuestos que se complementan dos elementos químicos que en iguales proporciones se entrelazan para formar la familia.El principal ingrediente para formar una familia es el amor, las parejas que se enamoran y siguen cultivando el amor cosecharán buenos frutos, sus hijos crecerán en un ambiente sano libre de amargura y resentimientos.
El sexo masculino al través de la historia de la humanidad ha sido el predominante, hasta en las especies menores es el macho el que domina la relación, nuestros padres fueron educados bajo este paradigma; un país como el nuestro de origen Ibérico en su mayoría, de tradición religiosa católica, donde la iglesia misma fomenta el machismo, permitiéndole al hombre someter a la mujer y hacerle de su propiedad, de ahi que en principio y hasta en su estado civil aparecía el famoso de, como quien dice propiedad de fulano.Nuestras abuelas, nuestras madres, nuestras tías fueron formadas bajo este postulado categórico y ellas mismas permanecían fieles defendiendo con ahínco el machismo imperante en nuestra sociedad, las había más machistas que el propio macho.
Colombia es un país que se adapta rápido a los cambios sociales y poco a poco se ha ido poniendo al día en materia de igualdad de géneros, ha permitido que la mujer recupere su identidad  y pueda llegar en igualdad de condiciones al matrimonio y para todos los efectos civiles sigue igual al hombre.Pese a esto todavía no ha recobrado su total autonomía; en el hogar sigue siendo la jefe, la gerente, la señora que organiza la casa, mucho más cuando depende absolutamente del hombre, cuando todo el tiempo ha permanecido al cuidado de los hijos, ya sea por decisión propia o porque su cónyuge así lo quiso y hoy cuando éste logra pensionarse  dice ser el dueño absoluto de la mesada, porque fue el único que trabajó, acaso el trabajo de cuidar a los hijos, revisar su agenda escolar , llevarlos a reuniones sociales mientras su cónyuge labora en la empresa no tiene la categoría de trabajo.
Hay muchas parejas que no viven en armonía, en forma temprana pierden el encanto, puede ser el macho o la hembra el causante, sin embargo prefieren seguir en guerra antes que terminar la relación, vienen los maltratos, los acosos, las infidelidades y las escenas que produce el maltrato intrafamiliar, hijos que crecen bajo este ambiente bélico de padres maltratadores, son las víctimas inmediatas de esa enferma relación, es preferible que los hijos vivan con un solo padre  a vivir siempre en conflicto.Muchas veces el macho es tan posesivo y de mente tan enferma que no permite que la mujer lo abandone y es capaz  de llegar hasta la muerte. También hay mujeres masoquistas que siempre van en busca de hombres maltratadores, posesivos, celosos y que en vez de ayudarle en la crianza de los hijos los ven como enemigos de la relación y aún así las mujeres masoquistas los prefieren entregándoles el control de sus hijos. Bueno todo estos son patologías que afectan a nuestra sociedad y que el Estado debe procurar llevar a la más mínima expresión ajustando las políticas protectoras de las familias y de nuestra niñez, haciendo, monitoreos y vigilancia permanente, para tener una sociedad  saludable, con jóvenes sanos de cuerpo y espíritu, no hay que esperar que se presenten actos desagradables, lamentables.
Siempre hay noticias desagradables, que al ser reproducidas no dejan de producir repudio , imágenes impactantes las protagonizadas por un futbolista nuestro que en forma violenta agrede a puño y patadas a su indefensa mujer y luego se lamenta, ya que fue víctima de los efectos nocivos del alcohol; tan lamentable y fuera de foco la reacción y defensa de su mánager de equipo, quien justifica el perdón y olvidó del maltrato alegando que si somos capaces de perdonar e indultar a la guerrilla lo seremos para éste caso tan abominable y doloroso, es el colmo de la insensatez. Muchos maltratadores en anonimato al acecho permanente hasta llegar al homicidio, no vastan las leyes como el feminicidio, somos un país muy legalista y creemos que las leyes conjuran todos los males, de nada sirve incrementar las penas, si al final el feminicida también termina inmolado, el mal hay que atacarlo desde su origen, hay que reeducar a nuestra sociedad, desde la formación del niño hay que enseñarle que la mujer no es el sexo débil, que ella y él son iguales y que la relación de pareja es en igualdad de condiciones, el hombre y la  mujer se unen por mutuo consentimiento, mediante un contrato, cuya finalidad es formar una familia  sana con los hijos sobrevivientes, más cada una de las parejas sigue conservando su individualidad, nadie es dueño de nadie, solo que debe conservarse el respeto mutuo. En cualquier momento de la relación se puede dar por terminado el contrato, solo que debe asegurarse el bienestar de los hijos.
Todavía existen parejas que no aceptan una separación y en forma patológica siguen acosando a su ex cónyuge, hasta llegar al extremo de la  muerte. La función del Estado no es incrementar la pena o cambiar de nombre el tipo penal, sino hacer una revisión del método educativo imperante y hacer los ajustes para que se valore a la mujer y en igualdad de condiciones en todos los campos, pueda interactuar  con el hombre. Nuestra sociedad sigue siendo  machista y mientras no se hagan los cambios en nuestro sistema educativo el hombre seguirá abusando de la mujer. Hay cuatro cosas que ya se superaron 1- ya la mujer puede votar, 2- ya la  mujer puede ser profesional, 3- ya la mujer puede trabajar, 4-ya la mujer no necesita virginidad para el matrimonio, aún así sigue siendo el sexo débil maltratado por el hombre.

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